EL MUSEO DE ISRAEL CUELGA EN INTERNET
LOS MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO


Son cinco de los 8 rollos que conserva la entidad. 
Google tardó seis meses en digitalizarlos. 
El proyecto es de US$3,5 millones. 
Un argentino es el curador.

Fragmento digitalizado de uno de los Rollos del Mar Muerto correspondiente a un comentario del profeta Habakkuk, del Primer Templo de Jerusalén. EFE

Uno de los expertos fotografía parte de uno de los rollos del Mar Muerto. EFE

Detalle de uno de los rollos del Mar Muerto publicado hoy en la Web.

Un visitante observa el pergamino de Isaías, uno de los rollos del Mar Muerto, en el Museo de Israel. EFE


Son unos de los mayores descubrimientos arqueológicos del siglo XX. Pilares de la herencia monoteísta. Historia. Viva. Pura. Y ahora, en Internet. Los Manuscritos del Mar Muerto salieron definitiva -y metafóricamente- de las cuevas y están al alcance de todo el mundo. Google y un equipo encabezado por un argentino lo hizo posible.
El Museo de Israel presentó hoy la versión digital de los rollos del Mar Muerto, una iniciativa que universaliza el contenido del testimonio escrito más antiguo de las costumbres y prácticas de los israelitas, de hace 2.000 años.
Escritos en su mayoría en hebreo antiguo y una pequeña parte en arameo y griego, el Museo subió a Internet cinco de los ocho rollos en su poder. El director de la institución, James Snyder, lo describió como un "perfecto matrimonio" entre la tecnología y la historia.
"Llevábamos algún tiempo pensando cómo preservar los rollos y su contenido en las mentes de la gente, y mantener vivo su significado", dijo Snyder en una conferencia de prensa durante la que lanzaron el nuevo sitio en Internet con las fotografías de los manuscritos (dss.collections.imj.org.il).
Fotografiados columna por columna con una cámara de altísima resolución y un fugaz flash (1/4000 segundos de duración) sin rayos ultravioletas para no dañar la piel sobre la que fueron escritos, las imágenes fueron procesadas y yuxtapuestas hasta devolverles en pantalla su formato original de pergamino. El proyecto consumirá unos 3,5 millones de dólares.
"Internet ha roto las barreras que había entre la información y la gente", explicó Yosi Matías, jefe de I_D de Google Israel, quien destacó la importancia de "universalizar" este tipo de contenidos porque con ellos "la gente puede enriquecer sus conocimientos y la comprensión de los eventos históricos clave".
Según Matías el "génesis" de este proyecto se remonta a hace unos años, cuando el Museo del Holocausto de Jerusalén se planteó la digitalización de sus monumentales archivos históricos y fotográficos. La idea de los rollos del Mar Muerto fue planteada por un empresario privado, donante del Museo, hace sólo seis meses.
Desde entonces, un equipo de la entidad y otro de Google trabajaron sin descanso hasta completar la fase inicial, que incluye también la traducción al inglés de cada frase del rollo de Isaías (siglo IV a.C), el popularmente conocido como "profeta de la paz" por sus premoniciones de un mundo sin guerras en el final de los días.
Más adelante se subirán los tres pergaminos restantes, se traducirán todos los textos a varios idiomas -entre ellos el español- y agregarán contenidos para la contextualización de versículos. Además, los usuarios podrán dejar comentarios.
El argentino Adolfo Roitman, curador de los rollos del Mar Muerto y director del Palacio del Libro, un edificio cuya silueta con forma de tinaja alberga los rollos más famosos y completos, explicó que hasta ahora "sólo el público que venía al Museo" o que "acudía a las distintas exhibiciones por el mundo podía verlos".
"Google permite, por primera vez en la historia, tener acceso directo a los rollos desde cualquier parte del mundo", agregó.
Encontrados de manera fortuita por beduinos en 1947 en las cuevas de Qumran, un importante yacimiento arqueológico próximo al Mar Muerto, esos textos en pergamino contienen fragmentos de todos los libros del Antiguo Testamento, excepto el de Esther, así como varios apócrifos.
Su autoría es atribuida por los investigadores más tradicionalistas a la secta de los esenios, pero los revisionistas sugieren que son en realidad una compilación de documentos traídos desde muchas partes de la antigua Judea para protegerlos de los romanos antes de la destrucción del Templo en el año 70.
Las tinajas encontradas en Qumran contenían unos 900 documentos, entre ellos contratos matrimoniales y todo tipo de documentación de carácter civil y religiosa que echaron luz sobre las costumbres de los israelitas en la época del Segundo Templo (siglo VI a.C-I d.C).
"Entre todos los pilares de la herencia mundial monoteísta, los rollos son de una importancia suprema", subrayó Snyder, que los describió como la "Mona Lisa" del Museo de Israel.
Gracias a la altísima resolución de las imágenes (1.200 megapíxeles, doscientas veces más que una cámara estándar), investigadores de todo el mundo podrán apreciar los detalles más insignificantes de su caligrafía, señales de tinta, manchas, correcciones y hasta la textura del pergamino que, en algunos casos, ha sido maquillada para permitir la lectura.
En un proyecto paralelo con la Dirección de Antigüedades de Israel, la otra institución israelí que también conserva pergaminos originales, Google está digitalizando miles de fragmentos de los 30.000 hallados en Qumran -algunos de tan sólo milímetros-, en una iniciativa que planteará a los investigadores el titánico reto de unirlos.


LOS SECRETOS DEL PROYECTO, CONTADOS POR UN ARGENTINO QUE "CUSTODIA" LOS PERGAMINOS.


Por María Arce. Colaboró desde Israel Shlomo Slutzky.

Audio "Google permite navegar por los rollos y verlos de una manera amplificada que el ojo humano no puede", explica el argentino Adolfo Roitman.
Hace 4 años que no viene al país, pero sufrió como un hincha más cuando la Argentina quedó afuera de la Copa América. Adolfo Roitman emigró hace 30 años a Israel pero sigue en contacto con su tierra y sus raíces. Es el "custodio" de los rollos del Mar Muerto, unos de los tesoros más grandes de la humanidad.
En comunicación telefónica desde Israel, Roitman le cuenta a Clarín.com cómo ha sido llevar adelante uno de los proyectos más ambiciosos de la museología: la digitalización de los casi mil pergaminos hallados entre 1947 y 1956 en las cuevas de Qumran, a unos 35 kilómetros de Jerusalén.
"Me siento muy privilegiado por haber podido contribuir y ser un factor en este proyecto que es un hito en la historia de investigación de los rollos del Mar Muerto a nivel mundial", dice con un sonrisa que se le adivina de oreja a oreja.
Curador de los rollos del Mar Muerto y director del Santuario del Libro del Museo de Israel en Jerusalén desde 1994, el doctor Roitman recuerda que tras ser hallados, los manuscritos "revolucionaron los estudios del mundo judío antiguo y sirvieron para redefinir nuestros conocimientos acerca de los origines del judaísmo rabínico del cristianismo".
"En mi colección –dice con cariño- tenemos ocho rollos, los mejor preservados y los más importantes". Desde 1965, miles de personas los han visitado en el Santuario del Libro. "De la misma manera que todo visitante que llega a París quiere ver la verdadera Mona Lisa", explica.
"Pero siempre estaba supeditado a la visita física. La posibilidad de leer con claridad y facilidad los rollos del Mar Muerto estaba reservada a los investigadores, que tienen acceso a nuestras bóvedas y pueden consultar de manera directa los rollos", señala. Hasta marzo pasado. Uno de los "amigos" del Santuario, el empresario de Nueva York George Blumenthal, fundador del Centro para los Estudios Online del Judaísmo, les sugirió digitalizar los manuscritos. Pero no de cualquier manera. De la mano de Google. Y lo hicieron. En equipo.
En los últimos seis meses, Roitman se dedicó a escribir los textos que acompañan a los rollos en Internet. Información básica e introductoria sobre el descubrimiento, la arqueología de las cuevas y la comunidad de aquel entonces.
Mientras, el famoso fotógrafo israelí Ardon Bar Hama se dedicó a tomar las imágenes de los rollos. A la par, los ingenieros de Google desarrollaban la plataforma en la que se iban a alojar las digitalizaciones. Mientras que un equipo del Museo trabajaba para integrar ese desarrollo al sitio del Museo de Israel.
"La tecnología Google permite navegar por los rollos y verlos de una manera amplificada que el ojo humano no puede. Se pueden leer en hebreo y –para los que no saben el idioma- tienen una traducción online" al inglés, destaca, entusiasmado, Roitman, hincha de Boca con todas las letras.
La segunda etapa del proyecto incluye incorporar traducciones a otros idiomas; más explicaciones y material fotográfico"para ampliar la comprensión de la gente".
"Era muy importante salir al mundo con este proyecto. Tiene, más allá de una obvia significación científica, una importancia desde el punto de vista cultural y religioso. Una de las consecuencias directas es precisamente poder universalizar uno de los tesoros más grandes de la humanidad. Los rollos del Mar Muerto se han transformado en verdaderos iconos de la cultura universal", dice Roitman.
"En última instancia es un contenido religioso, que habla sobre el pueblo de Israel, sobre Dios y los hombres, aquellos temas que son los importantes. Para todos aquellos que tratan de entender los secretos de la vida, los rollos tienen qué decir sobre las cuestiones de la espiritualidad. Aunque están en hebreo les son significativos a todos los hombres del mundo", señala.
Y hablando de ser universal, Roitman que les enseñó a sus tres hijos hablar en auténtico porteño, cree que su presencia misma "en el Santuario del Libro como latinoamericano es otro mensaje de universalidad. Tengo siempre presente mi origen. Soy una expresión viva de la educación que recibí en Argentina y la traslado día a día a mi trabajo en Israel".
Egresado de la UBA, hace 17 años que se encarga de cuidar los rollos del Mar Muerto. Los conoce de memoria y casi recita el capítulo dos del pergamino de Isaías que augura que la palabra de Dios habrá de salir de Jerusalén ("Porque de Sión saldrá la enseñanza del Señor, de Jerusalén vendrá su palabra"). Para Roitman, aquella profecía se cumplió. Sólo que "el gran profeta de Israel no podría imaginar que 2.800 años después eso habría de suceder por medio de Google". 

CASI COMO HABERLOS VUELTO A ENCONTRAR

Por Darío Sztajnszrajber. Docente de Filosofía

En la tradición judía hay un relato que cuenta que cuando setenta sabios tradujeron los textos sagrados al griego, los encerraron a todos por separados, pero todos tradujeron lo mismo, sin siquiera cambiar una coma. En la historiografía, cuantos más textos distintos y de la más antigua data avalen una historia, más veracidad se nos presenta sobre ese hecho.
Todo nuestro acceso al pasado claramente es a través de los textos que han sobrevivido.
El encuentro de los Manuscritos del Mar Muerto en 1947, casi con todas las dimensiones de un film hollywoodense (se dice que incluso algunos rollos fueron usados como leña para el fuego), ratificaron en gran parte la letra de los textos bíblicos.
Así como algunos de los manuscritos hallados de manera fortuita por beduinos en el yacimiento arqueológico de las cuevas de Qumrán, nos permitieron comprender la vida y costumbres de la época en que fueron escritos (siglos II a.C. a I d.C.), una gran mayoría nos muestra fragmentos del Antiguo Testamento con una fidelidad muy importante al texto que se lee en la actualidad.
Comprobar que el texto es el mismo puede dar lugar tanto a las versiones más ortodoxas de su resguardo, como a las versiones contrarias: el texto es el mismo, pero lo que cambian son sus interpretaciones.
Uno de los sentidos de la palabra “religión”, el más abierto, encuentra su etimología cercana a la idea de “re-leer”.
La digitalización de estos manuscritos en Google es casi como haberlos escondido de nuevo en las tinajas donde se los encontró. Porque está claro que en nuestros tiempos, nada mejor que resguardar algo en esta memoria colectiva que es la Red.


EL ARGENTINO CUSTODIO DE LOS ROLLOS

Adolfo Roitman
Profesión: Antropólogo
Estudios: Tiene un título en Historia y es rabino
Edad: 54 años
Hace 30 años emigró a Israel sin imaginar jamás que se convertiría en protagonista de un hito en la historia de la humanidad: la digitalización de los rollos del Mar Muerto. El argentino Adolfo Roitman llegó con su diploma de antropólogo bajo el brazo en 1980. Tras un doctorado en Jerusalén, pasó a dirigir el Santuario del Libro que alberga los pergaminos. Hace 17 años que los cuida celosamente, pero también quería compartirlos con el mundo.
“De la misma manera que todo visitante que llega a París quiere ver la Mona Lisa, quienes pisan el Santuario vienen en busca de los rollos”, cuenta. “Pero siempre estaba supeditado a la visita física. La posibilidad de leer los rollos estaba reservada a los investigadores que tienen acceso a nuestras bóvedas y pueden consultarlos directamente”. Eso ocurría hasta marzo pasado. Un “amigo” del museo, el empresario de Nueva York George Blumenthal, sugirió digitalizar los manuscritos. Pero no de cualquier manera: de la mano de Google.
En los últimos 6 meses, Roitman escribió los textos que acompañan los rollos en Internet: datos sobre el descubrimiento y la arqueología de las cuevas de Qumrán, entre otros. Mientras, el famoso fotógrafo israelí Ardon Bar Hama tomaba las imágenes. A la par, los ingenieros de Google desarrollaban la plataforma en la que se iban a alojar, mientras un equipo del museo trabajaba para integrar ese desarrollo a su site.
“La tecnología Google permite navegar por los rollos y verlos de una manera amplificada que el ojo humano no puede”, destaca Roitman, orgulloso. Su objetivo de universalizar el mensaje de los rollos se logró.
Este porteño, hincha de Boca, conoce los manuscritos de memoria y casi recita el capítulo dos del rollo de Isaías, ese que augura que “la palabra de Dios saldrá de Jerusalén”.
Para Roitman, aquella profecía se cumplió. Sólo que “el gran profeta de Israel no podía imaginar que 2.800 años después eso habría de suceder por medio de Google”.

MARIA ARCE
Fuente: clarin.com/ Agencias

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